Hace ya tiempo publiqué en esta red una breve reseña sobre un artículo publicado en EL PAIS por la periodista Ana Alfageme y en el que se relataba la transformación que había realizado el Hospital Ramón y Cajal de Madrid durante la pandemia. En el magnífico relato de esa historia se nos contaba como se habían adaptado a la situación tanto las estructuras, los procesos y especialmente las personas, con el objetivo de responder a una situación tan crítica como la que supuso la pandemia.
Revisando de nuevo el artículo me he encontrado con algo que en su momento no llamó mi atención. Les cuento.
En un excelente video TED, Daniel H Pink nos habla de la motivación interna señalando tres claves:
La autonomía entendida como la capacidad para dirigirse uno mismo.
La maestría referida al dominio de la disciplina hacia la que se muestra vocación
El propósito; o sea, la misión, visión y valores, y el sentido de trascendencia.
Pues bien, tengo para mí que lo que se vivió en ese hospital, e imagino que en otros muchos de España y del mundo, responde muy bien a esa motivación interna de la que nos habla Pink.
La capacidad para dirigirse a sí mismos y saber dónde había que estar (y donde no) en esos momentos críticos; la maestría, haciendo perfectamente lo que se sabía hacer e incluso aprendiendo nuevas cosas en aras a una vocación como es la sanitaria, en cualquiera de sus niveles; y finalmente el propósito y el sentido de trascendencia, hasta el punto de agotar las energías haciendo lo que fuese necesario para cuidar a los demás.
Me parece que es una experiencia de la que se puede aprender mucho, no solo en términos de adaptación al cambio como ya señalé en su momento, sino también de como las personas ponen en funcionamiento sus mecanismos internos de motivación para dar lo mejor de sí mismos.
¡Directivos, tomen nota!
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