Si nos pusiéramos a realizar algo parecido a una tormenta de ideas respecto a los retos a los que se enfrentan las empresas y las organizaciones en los próximos años creo que no sería raro que hubiera una cierta unanimidad en señalar, al menos, los más significativos. Así, por ejemplo:
- Crecimiento y continuidad (sostenibilidad)
- Reducción de costes
- Innovación
- Transformación digital
- Impacto social, medioambiental y gobernanza (sostenibilidad)
- ODS y Agenda 2030.
Posiblemente se pudieran añadir otros, pero creo que casi todos los retos que nos pudiéramos imaginar podrían estar incluidos, de una u otra manera, en los señalados.
En Senderos de Silencio tenemos muy claro que la gestión de esos retos ha de ser realizada desde el talento común. Y nos gusta entender por talento común a la suma de las capacidades (intelectuales y emocionales) de todas las personas que forman parte de una organización o empresa. Quizás podríamos hablar también de “inteligencia colectiva”. Lo denominemos, como lo denominemos, lo que estamos haciendo es hablar de personas.
Y para poder afrontar esos retos organizativos, nos parece que las personas, y especialmente quienes asumen responsabilidades sobre otros, han de afrontar también otros retos que quizás, nunca como ahora han sido tan vitales.
- Se necesitan personas conscientes de sus propias fortalezas y debilidades, que estén plenamente dispuestas a ayudar y dejarse ayudar.
- Se necesitan personas que interioricen la misión corporativa y se guíen por principios y valores. Sí, estamos hablando de ética hacia fuera y hacia dentro.
- Se necesitará contar con personas que comprendan mejor que nunca un mundo lleno de desafíos y oportunidades, y que cada día amanece (y a veces amenaza) con una novedad.
- Todas esas personas, todo ese talento colectivo, debe comprender y sentir más que nunca, que forman parte de algo importante junto a otros. Aquello que decía el viejo proverbio africano “si quieres ir rápido corre solo, si quieres llegar lejos corre con alguien”
No son, por tanto, pocos los retos personales necesarios para afrontar los de la organización.
Y nuestra propuesta de valor es que quien haya de afrontar esos retos sea exigente y dedique un tiempo a reflexionar sobre aspectos de su vida profesional que están y seguirán estando directamente relacionados con aquellos:
- Autoliderazgo
- Liderazgo
- Sentido de la Responsabilidad en el Trabajo
- Cambio
- Principios y Valores
- Sentido de Equipo.
¿Qué te parecen? ¿Añadirías otros retos? ¿Añadirías otros aspectos para reflexionar sobre ellos?
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