La visión del video “Like and Follow” me ha hecho darle unas cuántas vueltas a la cabeza respecto a la relación que mantenemos con la tecnología y con las herramientas que la misma nos permite tener y usar.
Y me ha hecho recordar dos lecturas que tengo relativamente recientes y que de forma diferente abordaron en su momento, nuestra relación con la técnica.
En Meditación de la Técnica Ortega nos recuerda que el empeño del hombre por vivir, por estar en el mundo, es inseparable de su empeño en estar bien. Eso es lo que la vida significa para él, por ello la técnica es la reforma de la naturaleza con la vista puesta en la satisfacción de su necesidades. Para el hombre vivir es encontrar los medios que le permitan realizar el programa que el propio hombre es.
Asimismo, afirma que lo que el hombre puede hacer con sus actividades fijas de animal lo sabemos de antemano dado que tiene un horizonte limitado. En cambio, lo que las máquinas inventadas por el hombre pueden hacer es, en principio, ilimitado.
Y esa ilimitación del hombre nos descoloca contribuyendo a no saber lo que efectivamente somos, porque con esa tecnología podemos ser capaces de ser cualquier cosa imaginable.
Es decir, en Ortega encontramos que el anhelo del ser humano por vivir y vivir bien es una lucha por llegar a ser lo que tiene que ser. Y para ello se sirve de la técnica/tecnología.
En su libro Lo pequeño es hermoso, Ernst Friedrich Schumacher afirma que la principal tarea de la tecnología ha de ser la de aliviar el peso del trabajo que el hombre tiene que llevar adelante para subsistir y desarrollar sus facultades potenciales (a mi juicio es un “ser lo que tiene que ser”). Según Schumacher (y es un libro de los años 70) el mundo que ha modelado la tecnología se encontraba envuelto, entre otras, con dos crisis relacionadas con aquella:
- Una naturaleza humana que se rebela contra los modelos tecnológicos, organizativos y políticos que la sofocan y esclavizan. Y es curiosa esa rebelión de la que habla porque es esa misma naturaleza humana la que crea e inventa la tecnología. Y yo me he preguntado tras la lectura del libro si en estos años del siglo XXI no estamos, de nuevo, sintiéndonos sofocados y esclavizados.
- El entorno viviente que nos sostiene se queja. Y muchos años después de la publicación de la obra de Schumacher hablamos cada vez más de sostenibilidad porque somos más conscientes de la queja de ese entorno viviente.
Afirmaba también Schumacher que la principal tarea de la tecnología debiera ser aliviar el peso del trabajo humano necesario para su subsistencia y para desarrollar sus facultades potenciales. Y, además, añadía, que esa tecnología debiera tener rostro humano para no dejar cesantes a los cerebros y manos humanos sino para ayudarles a ser más productivos. Y en esto nos recuerda que Tomas de Aquino definía al ser humano como un ser con cerebro y manos, un ser que no disfruta más que cuando está ocupado de forma creativa, útil y productivamente con su cerebro y manos.
Y aquí estamos. Con una tecnología que como el vídeo describe, desde muy niños nos absorbe y nos acostumbra a una fuerte dependencia de esta, e incluso a contraer patologías que necesitan de tratamiento. Una tecnología con la que hemos hecho cosas inmensas que han mejorado nuestras vidas pero que también ha hecho aumentar el quejido de nuestro entorno (por cierto, del que formamos parte). Una tecnología que quizás esté empezando a sustituir en demasía a nuestros cerebros y manos (aunque en esto no soy especialmente pesimista) y quizás una tecnología que suponga un plus de control de nuestras vidas personales y profesionales.
En cualquier caso, sigo confiando plenamente en esa naturaleza humana que “lucha” por llegar a ser lo que tiene que ser y en una naturaleza humana que sea capaz de mirar a su alrededor y a los que hay a su alrededor creando una tecnología de rostro plenamente humano que aun buscando conquistar todo, sea lo suficientemente humilde para comprender que no somos semidioses.
Una tecnología en la que las personas, por favor, no nos convirtamos en recursos (ya lo somos en demasiados lugares) sino que sigamos siendo sujetos principales y activos de una vida digna tanto personal como profesional.
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