Según Chris Lowney en su libro “El liderazgo al estilo de los jesuitas” San Ignacio de Loyola, cuando fundó la orden de los jesuitas, generó también un modo de entender la vida y el mundo. Lo denominó “vivir con el pie levantado» y esa manera de entender la vida y el mundo ha moldeado el modo de ser de los jesuitas a lo largo de su historia. Esto es, estar dispuesto a moverse, a cambiar, a viajar y no solo físicamente sino también desde el punto de vista intelectual.

Debes de preguntarte si estas abierto al cambio, si te resistes al mismo por norma, si le pones pegas de modo permanente.

Estar preparado y dispuesto al cambio, en realidad, forma parte de nuestro ser. Los seres humanos no somos una foto fija, somos fruto de nuestro pasado, de nuestro presente y de lo que será nuestro futuro.  Hemos de aprender que no habrá cambio sin dolor. ¿Eres consciente de que lo habitual será vivir con miedo al cambio pero que ese miedo habrás de superarlo?, ¿Estás dispuesto a desaprender? ¿Estás dispuesto a ponerte en camino para mejorar, asumiendo la incertidumbre que siempre habrá en todo cambio?

Has de plantearte si ante cualquier proceso de cambio solo eres capaz de ver las amenazas y no las oportunidades; si podrás convertirte en un agente de cambio de modo que no solo tú sino quienes te rodean en tu entorno profesional evolucionen.

Porqué si no somos capaces de aceptar el cambio, hemos de preguntarnos cómo seremos capaces de innovar.

Vivir estando abiertos al cambio puede ayudarnos a ser mejores y hacer mejores a los demás. Esa debiera ser nuestra verdadera vocación y misión, en todos los ámbitos de nuestra vida.

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