Tengo para mí que el gran reto que tenemos todos los seres humanos es el de liderar la propia vida. Y liderar la propia vida no es hacer en un momento determinado un chequeo puntual y superficial, algo así como una lista de comprobación, como esas que hacemos cuando salimos de viaje para detectar si olvidamos algo.
Liderar la propia vida es un modo de vivir, algo así como una brújula. Y liderar la propia vida exige hacer un ejercicio serio de conocimiento de uno mismo que no se acaba en un momento determinado, sino que ha de ser un proceso permanente y continuo.
Hablaba San Ignacio de Loyola de la necesidad que tenemos de ordenar la propia vida, de tomar conciencia de uno mismo porque todo liderazgo comenzaba por el liderazgo de uno mismo.
Por eso, liderar la propia vida es preguntarse por las propias fortalezas, es conocer la forma en la que trabajo, es saber y tener certeza respecto a los principios y valores que inspiran la propia vida, es indagar si saco oro de todo lo que tengo o si paso mi vida esperando a que surja la oportunidad de oro.
Liderar la propia vida es preguntarse por los resultados y no solo en términos económicos, sino también de relaciones, afectos, servicio, ayuda y legado que vamos construyendo y dejando para los que vienes detrás.
Y si tuviera que hacer algo así como una relación comportamientos que significan liderar la propia vida diría los siguientes y sin ser exhaustivo:
- Liderar la propia vida es salir fuera al encuentro de otros y del mundo.
- Liderar la propia vida es no tener miedo al cambio.
- Liderar la propia vida es ser libre, es pensar y vivir de forma original.
- Liderar la propia vida es vivir con el pie levantado.
- Liderar la propia vida es crear a nuestro alrededor un entorno y un ambiente de amor y no de temor.
- Liderar la propia vida es servicio.
- Liderar la propia vida es pasión, compromiso y poner en el foco más en el ser que en el tener.
- Liderar la propia vida es ser leal y fomentar el apoyo mutuo.
- Liderar la propia vida, en tanto en cuanto influimos en los demás, es sacar de ellos lo mejor, todo su potencial.
- Liderar la propia vida es ponerse metas que sean más grandes que uno mismo.
- Liderar la propia vida es hacer siempre un poquito más que lo acostumbrado.
Liderar la propia vida es vivir en plenitud. Y no creo que sea una tarea fácil ni mucho menos.
Pero piensa que tú y yo hemos sido llamados a la grandeza y no a la mediocridad.
Nota: No puedo negar la influencia en este post de la lectura del libro El liderazgo al estilo de los Jesuitas de Chris Lowney
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