Recientemente la consultora Mckinsey publicaba un artículo titulado New leadership in an era of thriving organizations, y en el que sus autores proponían la necesidad de llevar a cabo cinco cambios en el liderazgo que podrían desencadenar nuevas y mejores realidades para las empresa en unos tiempos que según ellos son de desafíos, pero también de oportunidades.

La lectura del artículo es recomendable. En definitiva, las cinco cambios propuestos van en la línea de recomendar a las empresas y a los directivos que además del impacto económico deben preocuparse de otro impacto: un crecimiento sostenible e inclusivo. Eso necesita generar pasión, movilizar la energía colectiva y las capacidades de la gente. Es necesario reinventarse, cambiar de mentalidad, ver el mundo de una nueva manera y generar otro tipo de impacto. Un liderazgo más cercano, colaborador, que beneficie cada vez a más personas, favorecedor del aprendizaje, el entrenamiento, el descubrimiento, buscando la co-creación, la mentalidad de abundancia, etc.

Una segunda lectura del artículo nos permitió detectar con más detalle los diferentes términos, palabras y conceptos clave que a lo largo del mismo se usaban y, en ocasiones se repetían. Nos permitimos recoger algunos de ellos:

Audacia, autenticidad, ir más allá de las tareas, crear propósito y alinear, inteligencia emocional, bienestar, flexibilidad, aprendizaje, mentalidad de descubrimiento, Contribuir de forma positiva (sociedad y entorno), adaptabilidad, liberar el potencial humano, conexión, exploración/innovación, reconocer el cambio, red de equipos, pasión, diálogo, cooperación, transparencia, empoderar, colaborar.

Hicimos una comparación de todas estas palabras y expresiones con los términos que aparecen en numerosos estudios que, al menos aquí en España, se han venido realizando respecto a las expectativas que el denominado «nuevo talento» tiene frente al trabajo y su relación con las organizaciones. Y nos ha parecido ver una elevada coincidencia, quizás no con las mismas palabras, pero si en lo que significan.

La pregunta que hemos de hacernos es si una gran parte de los managers y directivos de ahora, están realmente preparados para esos cambios que se proponen y que van en línea con lo que ese nuevo talento demanda. ¿Se están preparando?.

O, por el contrario, nos volveremos a encontrar dentro de uno o dos años con nuevos artículos, foros y encuentros en los que se seguirá hablando de cara a la galería de lo mismo y de lo necesario que es, pero la realidad será que pocas empresas y pocos directivos hayan decidido coger el toro por los cuernos y aceptar que las cosas están cambiando y que ellos tienen que cambiar.

A nuestro juicio, esa es la gran reflexión que es necesario hacer y comenzar a dar pasos en la dirección adecuada.

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