Me gustaría mucho que estas líneas fueran leídas por quienes acaban de terminar sus estudios y se enfrentan, por primera vez, al mundo del trabajo. Pero también me gustaría que las leyesen padres y madres que se preguntan cómo acompañar a sus hijos en este momento tan importante de su vida.

Vamos con ello.

Has finalizado tus estudios universitarios o de Formación Profesional Superior. Has tenido tu ceremonia de graduación, vestido con toga y sonrisa. Y llega, por fin, ese verano que tanto anhelabas tras un último curso exigente. Ya tienes en tus manos un título que reconoce tu esfuerzo y constancia. ¿Y ahora qué?

Seguramente, el siguiente paso sea buscar tu primera experiencia profesional. Pero antes de lanzarte, hay tres preguntas que deberías hacerte. Tres preguntas que no aparecen en el currículum académico, pero que marcarán tu trayectoria futura:

1. ¿Qué sabes?

Puede parecer la pregunta más sencilla: has estudiado una carrera o un ciclo formativo, y tu foco está en ese ámbito de conocimiento.

Pero… ¿solo sabes eso?. Saber no es solo acumular información. Pregúntate:

¿Qué he aprendido realmente?

¿Sé explicarlo?

Sé aplicarlo?

¿Siento curiosidad por seguir aprendiendo?

¿Estoy dispuesto a desaprender y adaptarme?

El conocimiento hoy es móvil, evoluciona constantemente. Por eso, lo más valioso no es solo lo que sabes ahora, sino tu disposición a seguir aprendiendo durante toda la vida.

2. ¿Qué puedes?

Esta pregunta ya no es tan fácil. Va más allá del título que acabas de conseguir. Aquí hablamos de tus competencias personales y profesionales, de cómo eres tú en acción.

Algunos ejemplos:

¿Cómo te relacionas con los demás?

¿Cómo manejas la incertidumbre o la frustración?

¿Te adaptas con flexibilidad a los cambios?

¿Sabes trabajar en equipo? ¿Saber liderarte a ti mismo?

También es un buen momento para hacerte preguntas más profundas:

¿Cuáles son tus valores y principios?

¿Qué creencias te ayudan y cuáles te limitan?

¿Cómo gestionas tus emociones?

Conocerte bien te permitirá moverte con más confianza y autenticidad en el mundo profesional. Y además, lo notarás: cuando te conozcas, las entrevistas serán más naturales, porque hablarás de alguien a quien realmente conoces: tú.

3. ¿Qué quieres?

Aquí entra en juego tu motivación. ¿Qué te mueve? ¿Qué te impulsa cada mañana? ¿Qué tipo de vida profesional deseas construir?

Daniel H. Pink hablaba de tres grandes motores de la motivación:

Autonomía: el deseo de tener cierto control sobre lo que haces.

Maestría: el impulso por mejorar y ser cada vez mejor.

Propósito: la necesidad de sentir que lo que haces tiene sentido.

Cuando sabes lo que quieres, tus decisiones se vuelven más coherentes. Y aunque no tengas todas las respuestas ahora, empezar a hacerte estas preguntas puede marcar la diferencia.

Un mensaje para madres y padres

Vuestros hijos necesitan que los escuchéis sin presionar, que los animéis a hacerse preguntas sin dar respuestas cerradas. Acompañar es ofrecer confianza y crear espacios de diálogo. No necesitan que decidáis por ellos, sino que creáis en ellos.

Una invitación final

Si estás en este momento de tránsito entre estudios y vida profesional, permítete el tiempo de pensar. No es una pérdida de tiempo, es una inversión.

Hazte estas tres preguntas. Escríbelas. Respóndelas con calma.

En Senderos de Silencio podemos ayudarte con esas preguntas.

Share This