En ese viaje que nos propone el programa Autoliderazgo: lidera tu talento, aparece en el horizonte, en el tercer taller, la construcción del presente y del futuro. Y para ello nada mejor que reflexionar, una vez más, en torno a dos preguntas. ¿Con qué voy a liderar mi talento? y ¿para qué lo voy a liderar?
Para responder a la primera de las preguntas, desde Senderos de Silencio creemos que es fundamental considerar que cuando hablamos de liderar nuestro talento es necesario que nos veamos a nosotros mismos de una forma global y no por partes. Stephen Covey en su libro “Los siete hábitos de la gente altamente efectiva” afirma que todos los seres humanos disponemos de cuatro dimensiones: social, espiritual, física e intelectual. Y somos un todo. Lo que nos suceda en cualquiera de esos aspectos o dimensiones va a tener un impacto en el resto, en la totalidad.
Cada una de esas dimensiones habremos de vivirlas en equilibrio y en libertad pues son con las que iremos dando forma a nuestro talento integrando dones, aprendizajes, experiencias y elecciones a lo largo de la vida. Indagar acerca de las mismas y de cómo podemos alimentarlas y cuidarlas será una parte importante del programa.
Volviendo a Covey y al libro mencionado, nos encontramos con el cuento del leñador. En él se relata la historia de un leñador que comenzó a trabajar en una explotación forestal. Los primeros días todo fue muy bien porque comprobó que el número de árboles cortados eran los que se esperaba de su actividad. Pero conforme pasaban los días observó como su rendimiento caía. Puso más empeño, madrugó más, dedicó más horas, pero nada cambió, las cosas iban a peor. Temeroso de ser despedido fue a ver a su capataz y le contó lo que le sucedía. El capataz observo su sierra y le preguntó acerca de cuándo fue la última vez que se había parado para afilar su sierra. El leñador, sorprendido, contestó que había estado muy ocupado cortando árboles y no había tenido tiempo para ello. Cuidar esas cuatro dimensiones es cuidarnos a nosotros. Y cuidarnos a nosotros es cuidar a los demás. ¡Qué importante es que nos cuidemos entre nosotros!
Desde otra perspectiva, esas cuatro dimensiones nos ayudarán a dar una respuesta válida a la segunda de las preguntas. Nuestra propuesta es que liderar el talento sirva para construir una vida sostenible, con propósito y que deje un legado para los que vengan detrás. En cierto modo, tras haber realizado un viaje a tu interior para conocer qué es lo que lo habita, el programa te propondrá que des un paso más. Algo así como un ¡sal fuera! con el objetivo de que no te quedes para ti lo que hayas descubierto sobre ti mismo. Los humanos como decía un viejo proverbio africano somos lo que somos a través de otras personas. Será el momento de responder a una pregunta esencial ¿qué espera la vida de mí? Y la respuesta a esta pregunta siempre ha de ser la misma: contribución y resultados. Eso significa que habrás de salir de ti mismo e ir al encuentro de los demás, conectar y construir con y junto a otros. O con las palabras de Viktor Frankl “no se trata de lo que cada uno espera de la vida, sino de lo que la vida espera de cada uno”.
Me encanta Viktor Frankl. A quienes consideran que la existencia apenas deja opciones y que no merece la pena luchar, les enseña que incluso en Auschwitz podías ejercer ese liderazgo de ti mismo, y que el premio no era baladí: seguir vivo.
«Las experiencias en el campo [de concentración] —escribe— demuestran que el hombre tiene capacidad de elección. Los ejemplos son abundantes, algunos heroicos, los cuales prueban que puede vencerse la apatía, eliminarse la irritabilidad. El hombre puede conservar un vestigio de la libertad espiritual, de independencia mental, incluso en las terribles circunstancias de tensión psíquica y física».
Lo comparto Miguel. A mi me parece que es un constante decirnos que no hay que perder la esperanza y que pese a todo lo que hay mal en el mundo, también hay una parte muy buena en tanta gente que quizás es la que hace que todo no estalle por los aires. Por eso ese final del post. La vida nos espera y hay que responder. Muchas gracias y un abrazo.