El State of the Global Workplace de GALLUP de 2023 nos aporta una serie de pistas interesantes respecto a cómo respira el trabajador español. Según este estudio, solo un 10% de los trabajadores españoles se sienten felices en su trabajo, frente a un porcentaje del 23% a nivel global. Asimismo, solo 1 de cada 10 trabajadores en España reconoce estar comprometido con su puesto siendo, desde una perspectiva europea, los trabajadores españoles los que tienen una peor concepción de su entorno laboral.

Añadamos que un 36% de ellos padece estrés diario y uno de cada cuatro está triste en su puesto de trabajo.

En el estudio se recoge que los directivos son responsables del 70% de la variación en el compromiso de los empleados de sus equipos. Jeff Clinton, CEO  de Gallup, afirma que la salud mental empeora en general y que es necesario “cambiar la forma de gestionar a las personas a nivel organizativo

En el año 2010 El Ministerio de Trabajo publicaba la Encuesta de Calidad de Vida en el Trabajo y señalaba que más de siete de cada diez trabajadores (74,4%) manifestaban que estaban satisfechos o muy satisfechos con su empleo. Parece que algunas cosas han sucedido desde entonces….

Mientras tanto, en el estudio El líder ante la felicidad, llevado a cabo por IESE y PARANGON PARTNERS se señala que, tras preguntar a 3,482 líderes empresariales, el 83% se consideran bastante o muy felices, con una puntuación media de 8 sobre 10.

En el KPMG 2023 CEO Outlook  tres de cada cuatro ceos entrevistados en España (78%, 14 puntos por encima de la media global) prevén que en tres años se recupere el modelo completamente presencial. De hecho, casi la totalidad de los CEO españoles (89%) estaría dispuesto a recompensar a través de retribuciones, incrementos salariales o promociones a aquellos profesionales que pongan empeño en volver a la oficina. Algo que parece que no es muy coincidente con lo que está demandando el talento según numerosos estudios y análisis.

Pues mí me parece que hay aquí una disonancia que choca y que debería preocuparnos, y mucho, a unos y otros. Algo está pasando cuando los datos son los que son. Yo creo que en todos los ámbitos será necesario plantearse cambios, reflexionar respecto a lo que hacemos y cómo lo estamos haciendo, plantearse otros enfoques, etc. Lo que no parece razonable es esperar a un nuevo estudio o encuesta para ver si las cosas han mejorado y cambiado para todos, sin hacer nada mientras tanto. Me sorprende la escasa repercusión y debate que estas informaciones están teniendo.

Y sospecho que quiénes más tengan que reflexionar siguiendo la recomendación de Gallup sean los directivos, aunque no parece que los tiros vayan por ahí.

Sinceramente, espero que el período estival nos ayude a reflexionar sobre todo esto y septiembre venga cargado de “nuevas buenas”. Falta nos hace.

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