Hay cuatro palabras en nuestro idioma común, el español, que pueden marcar la diferencia en la vida cotidiana, una vida que se vive habitualmente en comunidad sea la familiar, la de amigos, vecinos o la de los compañeros de trabajo. Son palabras que facilitan la vida, palabras de lo que denominaríamos una buena educación: por favor, gracias y perdón.

Y tengo para mi que hemos ido perdiendo un poco la costumbre de usar esas palabras en nuestro quehacer diario, especialmente en el ámbito laboral.

¿Cuántas veces usamos en la empresa estas palabras? Y cuando las usamos ¿lo hacemos de forma sincera o intentamos dar una determinada imagen con ello?

¿Hay personas que piensan que es un signo de debilidad pedir las cosas por favor, dar las gracias o incluso pedir perdón o disculpas?

Tengo para mí que la organización en la que estas palabras han ido despareciendo por una cultura de jerarquía mal entendida, por pensar que en ello hay debilidad y/o falta de carácter o por que la educación, que es como el aceite que engrasa las relaciones sociales, ha caído en desuso, acaba siendo una organización que pierde la humanidad que debiera caracterizarla.

¿Qué dice de mi no saber pedir las cosas por favor incluso cuando estoy en lo más alto del organigrama?, ¿qué dice de mi no saber dar las gracias, no ser agradecido en muchas de las situaciones diarias? Y finalmente, ¿qué dice de mi no saber pedir perdón, disculpas cuando he cometido un error, he metido la pata o he dicho algo inconveniente? Nada bueno, y nada bueno acaba saliendo de un comportamiento así. Tarde o temprano se convierte en una especie de virus de mal rollo que se extiende.

Tengo la certeza de que, en el día de ayer, en medio del dichoso apagón, esas palabras fueron muy pronunciadas por todas aquellas personas que de una u otra manera colaboraron y cooperaron para paliar los tremendos efectos que la ausencia de luz generó en todos nosotros. Y tengo la certeza de que esas palabras ayudaron, y mucho, a sobrellevar los momentos difíciles que se vivieron.

Son palabras que hablan de humanidad. Lo más importante que tenemos.

Hoy, te invito a observar cuántas veces dices ‘por favor’, ‘gracias’ o ‘perdón’ y cómo eso influye en quienes te rodean y en ti mismo.

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