En el año 2020 el periódico digital La Información publicaba un interesante artículo dedicado a la empresa italiana Olivetti (la que fabricaba aquellas fantásticas máquinas de escribir). El artículo relata lo que Adriano Olivetti llegó a construir como un auténtico adelantado a su tiempo. Un modelo de empresa que ya no existe y con un modo de entender el empleo completamente diferente a lo que era habitual en aquellos tiempos y evidentemente muy diferente también a como se conciben las relaciones laborales hoy en día. Una manera de entender el papel de la empresa y de los trabajadores con un enfoque que casi se podría denominar revolucionario.

Quizás ese modelo de Olivetti ya no sea sensato intentar aplicarlo o copiarlo en los tiempos actuales porque demasiadas cosas han cambiado en el mundo y en nosotros, aunque al leer el artículo y rascar en busca de un poco más de información, me haya resultado inevitable pensar con cierta envidia en quienes vivieron y disfrutaron ese modelo.

Lo que si me parece evidente tras la lectura del artículo es suponer a quién han intentado copiar todas esas empresas que desde hace años vienen empeñándose en hacer la vida profesional “más agradable” a quiénes se incorporan a trabajar en ellas.
Como casi siempre, no hay nada nuevo en la viña del Señor en esto de las relaciones laborales por mucho que se empeñen en decorar y vestir el escenario.

Es verdad que la evolución tecnológica, los cambios y otros diversos factores se llevaron por delante a Olivetti, pero construyeron una historia a la que, bajo mi punto de vista, debiéramos prestar más atención. Probablemente de ella tengamos pudiéramos aprender muchas cosas.

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