Creo que todos estaremos de acuerdo si afirmamos que la historia de nuestras vidas es la suma de muchos momentos vividos. Con toda certeza, algunos de esos momentos pueden haber sido más importantes que otros, pero en su totalidad, construyen la realidad que somos nosotros. Y si esa historia está bien integrada (pese a errores y meteduras de pata) el resultado final suele ser más que la mera suma de las partes.

Somos el resultado de las decisiones que como personas hemos ido tomando a lo largo de los años y las mismas tienen un impacto directo en nuestra vida de trabajo. A su vez, nuestro propio desarrollo profesional nos enseña y nos muestra nuevas realidades que pueden cambiar el modo en el que comprendemos el mundo y la manera en la que construimos el nuestro propio. Por eso, desde nuestra experiencia profesional, solemos ser escépticos cuando alguien en el desarrollo de nuestro trabajo como consultores nos pregunta ¿te refieres a lo personal o a lo profesional?

Pues bien, integrar de forma adecuada todo eso exige un potente conocimiento y una adecuada comprensión de quiénes somos y de lo que hemos venido haciendo a lo largo de los años. Hemos de ser capaces de conectar cada punto para que tenga coherencia y continuidad. Y créannos si afirmamos que el conocimiento y la comprensión que muchas personas tienen de su propia vida, de su carrera, de sus competencias y de sus posibilidades deja mucho que desear en términos generales.

Por tanto, nos parecería razonable que te hicieses estas preguntas.

  • ¿Cuándo fue la última vez que dedicaste tiempo a revisar y estudiar tu historia?
  • ¿Qué preguntas crees que deberías hacerte al respecto?
  • ¿Has preguntado a otros?

Solo cuando nuestra propia historia (con sus aspectos personales y profesionales) está plenamente integrada, comprendida y conectada en nosotros y por nosotros, es cuando esa historia se puede comunicar y transmitir con fuerza y con certeza, tanto en una conversación como en un documento. Y esto no creo que sea una cuestión de marca personal, algo que nos parece que tiene mucho de fuegos de artificio. Para nosotros la clave es saber comprender e integrar la realidad que hemos sido y vivido, y la que somos ahora fruto de las experiencias (buenas y malas) por las que hemos atravesado a lo largo de los años.

  • Si mirases el documento que resume tu vida profesional ¿crees que de verdad refleja quién eres, lo que has hecho y lo que todavía puedes hacer?
  • Si recuerdas la última conversación que mantuviste ¿piensas que tenías bien integrada y conectada tu historia vital y que eso se puso de manifiesto en la misma?

Comprender, integrar y conectar no se consigue con algunos consejos de marketing o de maquetación. Creemos que es necesario que realices un alto y pongas en marcha todo un proceso de reflexión acerca de quién eres para poder dar a conocer al mundo que, aun siendo igual a otros, eres único y diferente al resto de seres humanos y eso es lo que te permite seguir aportando valor

Cuando todo ese proceso se pone en marcha, es cuando te das cuenta de que el relato de tu vida te pertenece plenamente y si te pertenece, puedes manejarlo.

Nos permitimos terminar con un texto de Antonio Machado que aparece en su libro Juan de Mairena:

Conocerte a ti mismo…… Si la ciencia del conocimiento de si mismo, que Sócrates reputaba única digna del hombre, pasa a saber de especialistas, estamos perdidos. Dicho en otra forma ¿Cómo podrás saber algo de ti mismo, si de esa materia, como de todas las demás, es siempre otro el que sabe algo?

Entonces, ¿seguirás dejando que sean otros los que conozcan de ti?, ¿seguirás dejando que sean otros los que construyan tu historia porque tú no la conoces del todo, no la comprendes, no la conectas  y no la has integrado adecuadamente?, ¿seguirás dejando que sean otros los que la conozcan y siempre de forma incompleta?

¿Qué vas a hacer?, ¿cuál será tu plan de acción?

 

 

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