Nos proponemos en Senderos de Silencio mediante este post y el siguiente (la próxima semana) intentar acercarnos a lo que a nosotros nos parece una realidad evidente y es que el talento (especialmente el más joven) está planteando un reto muy importante a las organizaciones, y tenemos nuestras dudas de que una parte importante de los managers, directivos, jefes o como se les quiera llamar, o no están entendiendo  nada o están siendo muy reticentes a todas esas nuevas realidades que, en el fondo, no son otra cosa que cambios. Y quizás, para comprender todo esto, sea conveniente retroceder un poco en el tiempo. Vamos a ello.

Para aquellos directivos que ya tengan una cierta veteranía leer algunas de las expresiones, frases y títulos de libros que continuación transcribimos les resultarán enormemente familiares:

“Gestión del cambio”

“Si no cambias te cambiarán”

“Estoy convencido de que, si la rapidez del cambio dentro de la organización es menor que la rapidez del cambio en el entorno, el final es inevitable” célebre frase de Jack Welch.

“Primero viajaron los productos y servicios, luego las personas, y ahora son las ideas”;

“Cada mañana, en la jungla del África, una gacela se despierta; sabe que deberá correr más rápido que el león, o este la matará. Cada mañana en el África, un león se despierta; sabe que deberá correr más rápido que la gacela, o morirá de hambre. Cada mañana, cuando sale el sol, y no importa si eres un león o una gacela, mejor será que te pongas a corre”. Una historia que en España popularizó el que fue un conocido ejecutivo de la industria del automóvil, López de Arriortúa.

Recordar libros como “Quién se ha llevado mi queso” o la “Danza del cambio”

Pues bien, esas frases, sentencias, leyendas, lecturas y muchas otras acompañaban de manera constante a todos los programas que en los años 90 se pusieron en marcha como consecuencia de los progresivos cambios que en todos los sectores de la economía se estaban produciendo fruto del impacto tecnológico de los ERP, SCM y demás. Había que adaptarse al cambio y multitud de directivos y consultores machacaban las cabezas y los ojos de todos los que se les ponían por delante porque el mundo, la empresa y el trabajo estaba cambiando.

Tenemos la sospecha de que muchos de los directivos y consultores que antaño proclamaban alto y claro que el cambio era lo único que no cambiaba y que “ay de ti si no te adaptabas” tienen hoy en día, en determinados aspectos, una visión del cambio no tan “proactiva” (palabra que también se puso de moda) como entonces.

Pero de eso, hablaremos en el próximo post para no cansar en exceso a nuestros amables lectores.

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