Damos continuidad a nuestro anterior post “Antaño adalides del cambio, hoy…”

En su libro “El futuro del management” Gary Hamel al hablar de las barreras a la creatividad en las organizaciones analizaba lo que el denominaba “el lastre de los viejos modelos mentales”. Y eso significaba que en muchos casos “las herejías del ayer acabaron convirtiéndose en los dogmas del mañana” trayendo consigo formas de pensar del estilo “que sabrán estos”. Es decir, directivos que en su momento fueron hasta disruptivos en su forma de pensar, proponer y gestionar, hoy se han convertido en barreras a muchos de las novedades que el mundo y la vida siempre traen consigo. Se han vuelto dogmáticos.

Si trasladamos estas reflexiones de Hamel al concepto de cambio tenemos la sensación de que hay bastantes managers instalados en el “machito” y llenos de ideas mentales que contemplan “ahora” los cambios desde una atalaya en la que predomina el escepticismo con una buena dosis de perplejidad, cuando no oposición. Y nos preguntamos si no hay repartidos por las organizaciones mucho directivo de esos que impulsaron en los 90 toda una batería de ideas y acciones acerca de lo que significaba el cambio y lo que, en consecuencia, había que hacer, y que ahora ante la presencia, empuje y modo de pensar y entender el trabajo de las nuevas generaciones, mira hacia otro lado y repite con cierta soberbia un “qué sabrán estos”.

Y decimos esto después de revisar, por ejemplo, el KPMG 2023 CEO OUTLOOK en donde tres de cada cuatro entrevistados en España prevén que en tres años se recupere el modelo de trabajo completamente presencial. Y hasta un 89% estaría dispuesto a recompensar mediante retribuciones. Y si se examinan muchos más estudios y encuestas (como hemos hecho nosotros) descubres que el nuevo talento no está por esa labor, sino todo lo contrario.

Formulamos, entonces, una pregunta que ya hacíamos en nuestro post anterior, aunque ahora de forma más concreta. En qué tipo de directivo te has convertido. Fuiste un adalid del cambio para que los demás lo asumieran y ahora ante estos nuevos cambios, que quizás te han pillado con el paso cambiado, pudieras estar convirtiéndote en un modelo de viejos lastres mentales.

¿Es por miedo?, ¿es por mentalidad conservadora?, ¿es por rigidez mental?

El trabajo está cambiando, el talento está cambiando, el modo de entender el trabajo por parte de ese nuevo talento está cambiando. Y eso exige, con absoluta certeza, una cierta dosis de humildad, un ejercicio de adaptación y flexibilidad y un dejar de lado ese posible “que sabrán estos”.

 

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