En el año 2008 Clint Eastwood dirige la magnífica película Cartas de Iwo Jima. Con su habilidad habitual nos narra la batalla de Iwo Jima, pero desde la perspectiva japonesa y lo hace de una manera increíble y llena de belleza, pese a que lo que relata es una de las batallas más sangrientas de la 2ª Guerra Mundial.

Cuando vi esta película hubo una escena que me impactó especialmente. Un soldado americano es herido y hecho prisionero. Mientras está inconsciente tumbado, los soldados japoneses que le custodian le registran y encuentran diversos objetos personales. Hay una carta. Uno de los soldados japoneses entiende el idioma inglés y decide leerla en voz alta. Es la carta que la madre del soldado le ha escrito. Todos los soldados japoneses escuchan atentamente lo que esa madre le dice a su hijo. En el fondo, es casi lo mismo que cualquiera de sus madres les habría escrito a ellos. En el texto hay una frase que no he olvidado. La madre le decía a su hijo “haz lo correcto porque es lo correcto”. Con más frecuencia de lo que creemos, una madre sabe de ética y de comportamiento probablemente mucho más que muchos manuales. Es algo así como decirle “te crie conforme a unos principios y valores, respétalos siempre”

Si en algún momento nuestra madre nos escribiera y en una carta nos dijera “haz lo correcto porque es lo correcto” ¿nos avergonzaríamos porque no vivimos haciendo lo correcto?

Principios y valores. Ojalá sepamos vivir en todos los ámbitos de nuestra vida de modo que, si recibiésemos una posible carta de nuestra madre, ella pudiera sentirse orgullosa.

 

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