El “Informe posiciones más demandadas en 2024” de la Asociación Española de Directores de RRHH (AEDRH) pone, una vez más, negro sobre blanco las nuevas realidades que las compañías están viviendo en relación a la incorporación de nuevo talento a las mismas.
Así, uno de los apartados del estudio se titula “Síntomas que demuestran que en RRHH súbitamente nos hemos hecho viejos” y destaca como para las nuevas generaciones aspectos como la flexibilidad laboral y el equilibrio entre trabajo y vida personal son fundamentales. De hecho, casi un 60% de los entrevistados reconoce que esa tendencia está complicando los procesos de selección.
Por otro lado, un 44,25% de los encuestados califica la influencia de las nuevas generaciones como “considerablemente complicada” y sugiere que la búsqueda y selección de candidatos se está volviendo más compleja debido a estas preferencias.
A la vista de todo ello, sugiero que el apartado deje de hacer referencia a la vejez súbita de los departamentos de rrhh y se refiera más bien a la vejez súbita de las empresas y de sus directivos en general, porque esa percepción no creo que sea exclusiva de rrhh.
Como recomendaciones para paliar esta “vejez” se hace referencia a la conveniencia de poner en marcha políticas de trabajo flexibles, programas de bienestar laboral y la promoción de una cultura organizacional que valore el equilibrio entre la vida laboral y personal. No me parecen malas recomendaciones, pero no suficientes.
No digo que las nuevas generaciones tengan razón en muchas de las cosas que proponen, pero creo que hemos de reconocer que una parte muy importante de esas reclamaciones son cosas sobre las que los baby boomer, generación X y hasta millenials, han pensado y hablado tanto sotto voce, como en voz alta. Y a todos nos hubiera gustado haber podido disfrutar de ese tipo de políticas con anterioridad.
Sospecho que más allá de las recomendaciones, lo que realmente hace falta es un potente ejercicio de reflexión respecto al mundo que estamos viviendo, los cambios que se están produciendo y al modo en el que una parte muy importante de ese 60% o de ese 44% se está relacionando con todo ello. Y hablo de liderazgo, colaboración, equipo, vida, empatía, visión y muchas otras cosas.
Y ante todo esto como decíamos en otro post anterior ya no vale el “qué sabrán estos”. Habrá que cambiar de paradigma, como se decía pomposamente antes. Y tal vez lo que salga de todo ello no sea, una vez más mero maquillaje, sino hechos y realidades que nos hagan ser mejores profesionales y construir mejores empresas.
Todos saldríamos ganando.
Comentarios recientes