Hace unos días hablábamos de tres preguntas esenciales al terminar tus estudios:

¿Qué sabes? ¿Qué puedes? ¿Qué quieres?

Preguntas que ayudan a orientarte cuando terminas una etapa formativa y das los primeros pasos en el mundo profesional.

Pero hay algo importante que conviene recordar:

Estas preguntas no son solo para un momento puntual de la vida:

  • No son solo para cuando terminas una carrera o una FP.
  • Ni solo para cuando buscas tu primer empleo.
  • Ni siquiera para cuando crees que ya lo sabes todo de ti.

Porque tú cambias. Porque el mundo cambia. Porque la vida te pone a prueba y te transforma.

No somos una foto fija

Tendemos a pensarnos como algo estable:

  • “Yo soy así”
  • “Esto es lo que quiero”
  • “Esto es lo que sé hacer”

Pero si somos honestos, sabemos que no es del todo cierto. Con los años, vamos descubriendo otras cosas que también sabemos, otras capacidades que antes no imaginábamos, otras motivaciones que brotan y nos sorprenden.

Por eso, revisar las grandes preguntas cada cierto tiempo es una forma de cuidar tu crecimiento, de ajustar el rumbo, de elegir con mayor conciencia.

Volver a preguntar es volver a ti:

  • ¿Qué has aprendido en los últimos años que no sabías antes?
  • ¿Qué capacidades han emergido en ti sin que te dieras cuenta?
  • ¿Qué quieres hoy que quizás no querías hace cinco años?

Lo que ayer te ilusionaba puede que hoy ya no te mueva. Lo que ayer te daba miedo, hoy puede que lo estés buscando. Y eso está bien. Eso es evolución.

En Senderos de Silencio te proponemos que vuelvas a escucharte, porque la reflexión no es un lujo, es una necesidad.

Y que cada cierto tiempo, parar para pensar, escribir, contrastar, no solo te alinea contigo mismo, sino que te prepara mejor para tomar decisiones en tu vida personal y profesional.

Por eso te proponemos retos para que vuelvas a:

  • Hacerte preguntas profundas
  • Ver cómo has cambiado
  • Identificar lo que hoy te mueve
  • Escuchar lo que tu vida te está diciendo ahora

A veces, basta con un tiempo y un lugar tranquilo; una buena pregunta; con alguien que te ayude a mirar desde fuera, sin juicios.

Un consejo sencillo

Tómate un rato para volver a responder:

  • ¿Qué sé ahora?
  • ¿Qué puedo ahora?
  • ¿Qué quiero ahora?

Escríbelo. Sin prisa.

Y luego, vuelve dentro de seis meses o un año…

A ver cuánto has cambiado.

¿Sientes que necesitas acompañamiento en ese proceso?

¿Te gustaría descubrir más de ti con ayuda de alguien que sepa escuchar y guiar?

Escríbenos. Hablemos. Estamos para eso.

¿Y tú? ¿cuánto hace que no te haces esas tres preguntas?

Te leo.

Share This