¿Existen soluciones para reanudar objetivos, conseguir cambios, mejorar competencias, desarrollar el liderazgo, reforzar relaciones interpersonales, entre otras cosas?

Por supuesto que sí que hay estrategias, soluciones y correcciones si se perdido el rumbo en un momento dado, tanto de la carrera profesional como en la vida personal.

La mayoría de la gente aplica no ya una sola estrategia sino una combinación de ellas, y otras personas buscan ayuda exterior mientras que otros prefieren realizar un proceso más solitario.

Sea cual sea el camino que tú elijas, necesitas tiempo de reflexión: darte la oportunidad de pensar dónde te encuentras y dónde quieres estar realmente, para a continuación decidir qué acciones vas a emprender para llegar a tu meta.

Solicitar un tiempo muerto

Para algunas personas tomarse un tiempo de descanso es la mejor manera de averiguar lo que realmente quieren hacer y poder reconectar con sus sueños.

Alguna veces, las menos, lo que hace la gente es dejar el trabajo para cogerse tiempo libre y realizar ese estudio interior sobre lo que quieren hacer en su vida.

De cualquier modo, ya sea para realizar un intenso ejercicio de introspección o simplemente para un descanso de la vida laboral, casi todo el mundo descubre que el tiempo libre le proporciona energía.

Mientras que un tiempo de descanso puede ser tan solo un poco más que una pausa para renovarse, un plan de reflexión bien planificado y con unos objetivos bien definidos se convierte en una estrategia que sirve para guiar a las personas hacia aquello que quieren cambiar o mejorar.

¿QUE SE PUEDE HACER?

  • Reflexionar sobre el pasado

Y eso significa realizar de vez en cuando un examen de la realidad, tanto de forma individual como con otras personas. Dedicarle unas horas a pensar sobre lo que es tu trayectoria profesional (o  personal) y trazar tu línea de tiempo. Descubrir los hechos que te causaron alegría o por el contario una decepción. Anotar los momentos en los que conseguiste logros de los que te sientas orgulloso, pero también anotar esos momentos en los que te sentiste sin saber qué hacer, que cometiste algún error o aquel en el que el miedo te atenazó. ¿Cuáles son esos temas que son recurrentes? ¿Qué podrías mejorar?  ¿Qué ha cambiado o no en mi trabajo y en mi vida? ¿Cómo me siento?

  • Definir tus valores

Piensa en los diferentes aspectos de tu vida que son importantes como el trabajo, la familia, la amistad, la salud, el que sea ¿Cuáles son tus valores principales en cada una de estas áreas? Enumera cinco o seis que guían tu vida y piensa si en efecto vives de acuerdo a esos principios.

  • Ampliar el horizonte y visualiza el futuro

Escribe unas cuartillas describiendo qué te gustaría hacer o cambiar en tu vida.  No sientas la necesidad de detener la lista y no te preocupes por las prioridades o el sentido práctico de lo que anotas, limítate a escribir todo lo que se te ocurra. Ponte cómodo, cierra los ojos, visualiza con detalle lo que has escrito y “mira lo que miras, escucha lo que escuchas, siente lo que sientes y permanece allí”.

Crear «estructuras de reflexión»

Warren Bennis creó el concepto de «estructuras de reflexión»: tiempo y espacio para la autoevaluación, ya fuera unas pocas horas a la semana, un día o dos al mes, o un período mayor de tiempo cada año.

Da igual como decidas emplear el tiempo, la idea es que te alejes de las exigencias de tu trabajo y te quedes a solas con tus propios pensamientos.

Existe la posibilidad de que lo hagas de forma individual pero también se puede hacer de forma colectiva, en equipo, con el objetivo de conocerse, mejorar la cohesión, ganar confianza o cómo enfrentarse a situaciones complicadas.

Tarde o temprano la mayoría de la gente sentirá una urgente necesidad de hacer inventario, y si se le da la oportunidad, lo más probable es que acaben siendo mejores profesionales y mejores personas.

Desde el programa Senderos de Silencio te ofrecemos esa oportunidad. Te invito a conocerlo.

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