No hace mucho aparecía en un digital español una interesante entrevista con Daria “Dasha” Krivonos, CEO del Copenhagen Institute for Futures Studies, uno de los centros de prospectiva más respetados de Europa

El pasado 12 de diciembre hicimos referencia a lo que ella denominaba falacias futuras. Pero en la entrevista hacía otras consideraciones que creemos muy interesantes y que están muy relacionadas con esa palabra que ya todos manejamos con cierta familiaridad: “talento”.

Recordaba Daria Krivonos las experiencias de empresas que como Kodak, Nokia y Blockbuster habían liderado sus mercados, pero ignoraron tendencias emergentes al confiar demasiado en estrategias que les habían funcionado en el pasado. Sus líderes no tenían por qué ser incompetentes, pero se convencieron de que estaban en lo cierto hablando entre ellos e ignorando señales de cambio que ya estaban presentes.

A continuación, afirmaba que algo de esto estaba volviendo a suceder en muchas empresas que preparaban programas para atraer el talento pensando que ese nuevo talento piensa de la misma manera que ellos. Un error bastante habitual, proyectar situaciones o experiencias que ellos consideraban atractivas en su momento, pero sin preguntar o sin intentar conocer lo que los jóvenes realmente piensan respecto al mundo del trabajo y la empresa. Y según ella, eso está generando una importante desconexión. Un porcentaje muy elevado de ese joven y nuevo talento no se siente atraído por aspectos como bonus, nombre del puesto, tipo de despacho o incluso coche. En su cabeza hay otras cosas que valoran bastante más. Y lo sorprendente, es que esas mismas empresas y sus responsables (de rrhh habitualmente) siguen manifestando un cierto estupor ante las dificultades que les supone la captación de nuevo talento.

Lo cierto es que hemos tenido la oportunidad de asistir a diversos eventos en los que se ha insistido por activa y pasiva en la importancia de captar talento y fidelizarlo. Lo llamativo es que en esos encuentros hay mucha tendencia a escucharse entre ellos y pocas veces (realmente ninguna) a escuchar a esos jóvenes que tanto dicen demandar y buscar. Sí, es cierto, se presentan estudios y encuestas, pero la realidad parece seguir siendo muy tozuda y no parece que haya mejorado ni cualitativa ni cuantitativamente esa escucha. Sospechamos que aún sigue habiendo una cierta soberbia intelectual de pensar que el mundo del trabajo sigue siendo el mismo que existía cuándo esos “líderes” eran jóvenes. Lógicamente,  los resultados siguen siendo esas dificultades para captar talento e incluso para retenerlo, ante el asombro y pasmo de los que siguen hablando entre ellos.

Tal vez sea el momento de escuchar esas otras voces de forma directa. Peter Drucker recomendaba asomar la cabeza por encima de la propia muralla organizativa y mirar hacia fuera y lejos. Hay ya muchas señales de cambio que no conviene ignorar o despachar de forma despectiva.

 

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