Desaparecida prácticamente aquella mutua lealtad que nuestros mayores conocieron en su relación con las empresas, desaparecido aquel perfil al que se denominaba “persona de la organización”, lo que queda hoy es la necesidad de cuidar de nosotros mismos y, con calma (pese a las prisas que el mundo impone), construirnos día a día para así tomar las riendas de nuestra propia vida y construir un sólido perfil profesional en este siglo XXI, pese a todas las amenazas del entorno, que no son pocas.

Ciertamente, contemplamos el mundo que nos rodea y en el que vivimos, con una mezcla de escepticismo, miedo, incertidumbre, duda, desconfianza, etc. Y nuestra vida profesional no es ajena, ni mucho menos, a todo eso.

Entonces, ¿podemos hacer algo? A nuestro juicio la respuesta es un sí rotundo. Y hemos de comenzar por preguntarnos e interpelarnos de modo profundo y serio.

Las preguntas que plantearemos en los próximos días buscan poner el foco en nosotros mismos y menos en el mundo, pero no desde una mirada egocéntrica sino desde la convicción de que solo cuando somos capaces, en cierto modo, de controlar las riendas de nuestra propia vida, podremos estar en condiciones de ayudar a los demás.

Primera pregunta.

¿Qué se espera de nosotros?  Leímos hace tiempo en una ocasión que Peter Drucker afirmaba que de todos y cada uno de nosotros lo que se esperaba era “contribución y resultados”, ahí es nada.

En el libro El Señor de los Anillos el personaje de Gandalf hace una interesante reflexión cuando dice “todo lo que podemos decidir es que hacer con el tiempo que nos dieron”. Nos parece una hermosa forma de afirmar la gran responsabilidad que tenemos no solo con nosotros mismos, sino para con los demás porque nuestra contribución y nuestros resultados van a repercutir de forma directa o indirecta sobre los demás. Ninguno de nuestros actos es neutro. Y en esa línea hemos de preguntarnos acerca de cuáles han de ser, dónde han de ser y con quién han de ser. Y los resultados es algo de lo que pocas veces hablamos. Es curioso que cuando preguntamos a cualquiera sobre su trabajo su respuesta siempre se focaliza en lo que hace, pero casi nunca en lo que consigue, y es en lo que consigue donde suelen estar las claves de todo: los resultados y la contribución. Y los resultados, además, hablan de nuestra eficacia.

Y si nos preguntamos acerca de lo que se espera de nosotros no debemos olvidar algo esencial, y es que tan importante como ganarse la vida es vivir una vida con sentido. Si no se da esto, nuestra contribución y nuestros resultados dejarán bastante que desear.

Contribución y resultados, no lo olvides.

 

Share This