El poeta Ausonio nos plantea una pregunta muy interesante ¿qué camino elegiré para mi vida?
Lo cierto es que, probablemente, muchas personas afirmarán sin ninguna duda (como quizás lo haría yo) que el camino que elegimos para nuestra vida fue todo ello fruto de una reflexión serena, pausada, con tiempo, etc. Es decir, seguramente respondiéramos al interrogante del poeta afirmando que nuestro camino está claro.
O puede que no…
Porqué pudiera haber sucedido que esa elección no fue fruto de una decisión racional, meditada, compartida y demás.
Porqué puede que se viva aturdido frente a una rutina que aplasta e incluso silencia la esperanza, con un ruido de fondo que repite de forma machacona el “siempre se ha hecho así”
Porque quizás alguien se haya entumecido y casi paralizado sin saber muy bien hacia dónde dirigir tu propia vida ante tantas situaciones no precisamente gratas que le rodean. No es fácil mirar de frente hacia una realidad que se impone y ante la que parece que nada se puede hacer.
Porqué pudiera haber personas que con independencia del camino que eligieron en el pasado, hoy repitan en su interior la pregunta que el poeta plantea porque la vida ha salido al encuentro de una manera que no se esperaban y reclama una respuesta que aún no se tiene. Viktor Frankl nos recordaba, con enorme lucidez, que no se trata de lo que esperemos de la vida sino lo que la vida espera de nosotros.
Cualquiera que sea la situación que se vive será necesario responder, y esa respuesta no debiera ser automática, fruto de una mera emoción ni tampoco el resultado de las prisas a las que este mundo nos someten porque las prisas y la inmediatez suelen ser malas consejeras.
Responder a la vida, responder a la pregunta del poeta requiere tiempo, serenidad y reflexión.
Pregúntate si lo tienes.
Exelente .
Muchas gracias.