Me gustaría, con toda humildad, trasladarte tres sencillos mensajes para tu vida diaria en el trabajo, ese lugar o esa realidad en la que pasas una parte muy importante de tu tiempo y además una parte vivida con mucha intensidad.

Verás, las personas somos lo que somos a través de otras personas. Por ello es fundamental que dirijas tu mirada al exterior, a los que te rodean para desarrollar todo tu potencial y todo aquello que eres. No te centres exclusivamente en ti.

  1. Trabaja el sentido de servicio a los demás. Una persona íntegra y plena tiene una permanente actitud de servicio. Hay un viejo dicho hebreo que dice ¿Quién es honrado? El que honra a los demás.
  2. Trabaja para el bien común. Ve más allá de tus intereses. Y cuando lo hagas es más que probable que de una forma no fácil de entender se satisfagan tus propios intereses.
  3. Sal de ti mismo para ir al encuentro de los demás. Ser humano significa esencialmente estar orientado a algo y a alguien diferente de uno mismo.

Piensa en cómo te gustaría, el día de mañana cuando vuelvas los ojos atrás, recordar como fue tu vida, tanto la personal como la profesional.

Por tanto, no te encierres en ti mismo, vive tu vida y tu profesión plenamente. Vete al encuentro con los demás, a servir para seguir creciendo y hacer crecer a los demás, incluso en la monotonía y en lo más cotidiano del trabajo.

Construye un legado que merezca la pena.

 

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